Despuerperio

Publicado el 5 de marzo de 2025, 16:34

'Ha dejado el pipo'

Lo ha hecho prácticamente sola, convencida de que es una niña mayor y que ya no lo necesita. Tenía varios, y a algunos les procesaba un favoritismo claro.

Dejó los pañales, el biberón, dejó de decir algunas palabras con esa connotación infantil que tanto me gustaba escuchar.

Aún duerme conmigo, pero dejará de hacerlo algún día, cuando me diga que es una niña mayor y que ya no me necesita. Como ahora que se viste sola sin ayuda, o me pide que le deje secarse al salir de la ducha, en un acto de independencia que ignora todo lo que remueve dentro de mi.

El despuerperio ha llegado y se sacude los pies en la alfombra de la entrada.

Esta fase en la que la madurez de tus hijas van permitiendo que empieces a ocuparte más de ti misma con el fin de volver a encontrarte. Ese afán que tenemos de volver a ser nosotras mismas.

Me ha costado entender que no se puede volver a lo que ya no existe.

La matrescencia me trajo un nuevo yo. Con mi hija nació una mujer nueva que dejó morir en el regazo a la otra que fui. 

Me arropé en la falda acariciando mi pelo largo, dejando enredar los dedos entre los mechones suavemente.

Dejé de respirar. Ahí mismo.

Me miré con nostalgia y con amor para dejarme ir. Ahí mismo.

'Ahora, que empiezo a salir de la dedicación absoluta de los cuidados a mis hijas'

 

Ahora, que empiezo a salir de la dedicación absoluta de los cuidados a mis hijas, ahora que he puesto un pie en el despuerperio, comienza mi duelo.

Empiezo a volver a conectar con la necesidad de espacios que me recuerden lo feliz que era cuando hacía ciertas cosas. 

Pero también empiezo a conectar con el dejar de ser, con la toma de conciencia de que ya no volveré a vivir aquello que me ha hecho aún más feliz de lo que nunca fui en esos espacios, en esas cosas.

Y de nuevo dejar ir.

Y qué doloroso a la vez que reconfortante.

Y qué tristeza a la vez que felicidad.

Y de nuevo la ambivalencia de la maternidad que se cierne como un velo gris dejando ver el sol con una transparencia opaca.

Y de nuevo soltar.

Al bebé, al embarazo, al postparto, a las nuevas cosas que vendrán y que nos causan incertidumbre.

A algunos miedos que ya conoces y que no temes para agarrar otros miedos gigantes y desconocidos.

Y de nuevo la búsqueda del yo. De quién soy, o de quién fui.

Despuerperio le llaman, cuando lo que quiero decir es sostenerme. Cuando lo que quiero decir es mantenerme, con los pies bien agarrados al suelo.

Despuerperio le llaman, cuando lo quiero es dejar de preguntar dónde estoy y sentir que soy la de siempre sin serlo.

Despuerperio le llaman, cuando lo que yo siento es que vuelvo a mirarme con algo de detenimiento en el espejo.

Me pregunto si después del pipo se me pasarán los años tan ligeros como con mi mayor. Si dejaré de acordarme de los detalles de su carita al mirarme, de la expresión de sus ojos al encontrarme al salir del colegio, de sus caricias mientras cierra los ojos por la noche.

Me pregunto si dejaré de acordarme de todo esto con la misma nostalgia y el mismo amor con el que me dejé ir en mi regazo.

 

Irene Carrasco - Despuerperio

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Comentarios

Angel Carrasco
hace un mes

Con que sutileza describes,haciendo que vuelvan los recuerdos,que jamás se fueron ni se irán.....tu cara llena de miel y Pelusas,tenías 3 meses💜